David Trueba, de chaval de Estrecho a ganador de los Goya

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Hoy todo el mundo habla de David Trueba, ganador indiscutible de los Goya 2014. Mejor guión, mejor director y mejor película para Vivir es fácil con los ojos cerrados, pero David Trueba no olvida que él fue un chaval criado en Tetuán, concretamente en Estrecho.

Cuando le preguntan a David Trueba qué le ha inspirado al hacer sus guiones, al crear a sus personajes, este triunfador siempre guarda un recuerdo especial por el barrio en el que se crió. “Quién me iba a decir a mí, un chaval de Estrecho, que acabaría rodando con Fernando Fernán Gómez y José Sacristán”, dice en una entrevista que concedió a Hoy Cinema en abril del 2012.

En aquella ocasión, el entrevistado se refería a “Madrid 1987“, una película protagonizada por José Sacristán y María Valverde, en la que los recuerdos y las diferencias generacionales juegan un importante papel. Y es que las memorias están muy presentes en todo el cine de Trueba, que ya tiene en su haber 8 largometrajes como director.

Sus recuerdos de niñez y de juventud en Tetuán recorren prácticamente todo su cine. La Buena Vida (1996), su primera película como director, está plagada de elementos autobiográficos, al menos en espíritu. Por ello, David Trueba quiso rodar esta historia centrada en la familia en las calles de Tetuán, concretamente en la zona de Estrecho, el barrio en que vivió su infancia.

David Trueba durante la entrega de los Goya 2014. TVE“Madrid se está poniendo imposible para rodar, así que fui al barrio donde yo había crecido: Estrecho. En esas calles me sentía más seguro, conocía cada rincón Y sobre este escenario, La buena vida encontró su ambiente, un lugar en el que el espectador se conmueve hasta tal punto que no sabe si reír o llorar”, cuenta en una entrevista concedida a ABC en ese mismo año.

Al hablar de esta ciudad que quiso reflejar en La Buena Vida, Trueba tiene en su imaginario “el éxodo urbano y las costumbres de la gente del rural en medio de la gran ciudad, las gallinas y corderos invadiendo el salón o el abuelo de Tristán en La buena vida, que anda de un lado para el otro dentro del apartamento porque no puede soportar el entorno urbano.”

En Madrid 1987 incluye el personaje de un acosador sexual que está basado en sus propias experiencias en el barrio. Cuenta en una entrevista a Jot Down Magazine que un sábado por la mañana, recorriendo la calle General Perón se le acercó un hombre con bigote y le dijo: ¿Oye tú eres Jaime?» Y yo: «No, no». —«¿Pero dónde vives?». —«En Estrecho» —«¿Cerca de la calle Federico Rubio?». —«Sí». -«Ves, tú sí eres Jaime». Y yo: «Que no, que no». Entonces me agarró del brazo y me dijo: «Bueno, pues si quieres, puedes venir a casa conmigo, porque yo a Jaime se la he chupado muchas veces…»

Trueba abandera su “barrio de Estrecho” con orgullo, como si se tratara de una eminente identidad. “Recuerdo una vez que me pararon en la calle Hermosilla unas señoras enviadas por Esperanza Aguirre a pedir firmas contra Cataluña cuando se debatía el famoso Estatut. Al negarme a firmar, me preguntaron si era catalán y les contesté que era de Estrecho“, añade en la misma entrevista que mantuvo con el periodista Álvaro Corazón Corral.

Y este dato, que lo conocen bien muchos periodistas que lo entrevistan, da pie a que se le pregunte una y otra vez por sus recuerdos de niñez y adolescencia. ¿Qué escenarios de Madrid guardas en la retina? Le preguntó hace un par de años El País. El Cine Europa, el Mercado Maravillas y el patio de los Salesianos de Estrecho son tres de los lugares de Madrid que Trueba guarda en su memoria con especial intensidad.

Sobre el Cine Europa dice: “El edificio permanece como sombra de un esplendor fuera de nuestro alcance. Su cierre se suma a los finales especulativos de todos los cines de cercanía en los barrios”, el Mercado Maravillas es “un símbolo de la compra de cercanía”, y al hablar del patio de los Salesianos de Estrecho recuerda que fue aquí donde tuvo su sede el V Regimiento y donde asistió por primera vez en su vida a un rodaje de cine. “Se trataba de Y al tercer año resucitó… dirigida por el gran Rafael Gil”.

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