Pretendo hacer un resumen o crónica del debate ocurrido en Tetuán (en la “margen izquierda” como dijo alguien) sobre ese fenómeno urbano que se denomina “gentrificación” esperando que sirva como punto de reflexión sobre lo dicho en el encuentro.
Bajo el título “Gallinejas vs. Cupcakes“, el pasado 9 de mayo el periódico Aquí Tetuán organizó un debate para hablar sobre la gentrificación en Madrid. Con invitados de excepción – los colectivos Todo por la Praxis y Paisaje Transversal, el arquitecto Miguel Díaz, residente en Tetuán, y quien firma esta crónica en representación de Aquí Tetuán -, el debate se extendió por casi dos horas y tuvo una gran participación del público.
Vaya por delante que, a pesar de los escasos recursos de Aquí Tetuán, la convocatoria atrajo el suficientemente número de personas, no sólo del barrio, sino de otros lugares de Madrid atraídos por el tema, lo que muestra la actualidad de este debate.
El objeto de la reunión eran esos procesos que de manera un tanto “extensa” (dado que intentan catalogar fenómenos de distinto signo) se denomina gentrificación, y que aquí, para simplificar, identificaremos como aquellos procesos urbanos que, apoyados en un cierto declive socioeconómico y funcional de determinadas zonas de la ciudad, dan lugar a complejos procesos de sustitución de la población y el “clima” urbano original por nuevos grupos sociales y formas de vida que inducen la expulsión (por las dificultades en la vida cotidiana) de la población original.
Después de contextualizar el concepto de la gentrificación y analizar a rasgos generales cómo ésta se está produciendo en distintas áreas de Madrid, el debate se llevó al distrito de Tetuán, donde el interés se centró en la “margen izquierda”, es decir los barrios de Bellas Vistas, Berruguete, Valdeacederas y Ventilla-Almenara.
De izquierda a derecha: Vanessa (TxP), Jon (Paisaje Transversal), Miguel Díaz, Francisco L. Groh, BeaBurgos, Diego (TxP). Foto: María Lin Qiu
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La gentrificación: un fenómeno complejo
Como era de esperar, la discusión se inició sobre el propio concepto de gentrificación y su significado. El término tiene un largo recorrido histórico. Fue creado por la urbanista inglesa Ruth Glass nada menos que en 1964 al analizar la expulsión de los trabajadores del distrito de Islington, y la sustitución de la vivienda en alquiler por la vivienda en propiedad para ocupantes de clase media.
En el debate se intentó separar lo que podríamos llamar un proceso de cambio “fisiológico” de los barrios de una ciudad – con sus consiguientes cambios en la actividad económica, el nivel de renta, el tamaño familiar, y, cómo no, la composición étnica (inmigración) – de otros fenómenos producidos por agentes con capacidad para transformar el territorio: el capital, sea inmobiliario o comercial y el gobierno de la ciudad.
Esta segunda forma de gentrificación “producida” fue objeto de una mayor atención en el debate, en un intento por clarificar tanto sus causas como los efectos perjudiciales que estos procesos provocan en la población originaria más frágil, al producir incrementos en el precio de los inmuebles, forzar expulsiones, incrementar el coste de la vida o dificultar el acceso a servicios públicos, que quizás los nuevos residentes no demandan en la forma en que eran prestados (servicios públicos de proximidad frente a servicios comerciales).
Debate sobre gentrificación en Tetuán. Foto: Maria Lin Qiu
Al hilo de estas discusiones se comentaron procesos de este tipo en distintos barrios de la ciudad, citándose casos como Chueca/Malasaña, Lavapiés, Arganzuela o ese artefacto urbano llamado Triball, sobre el que Diego, del colectivo Todo por la praxis y uno de los ponentes en el coloquio, había fijado el foco de su análisis, intentando desvelar las diferencia entre los diferentes procesos y causas.
Lo que algún participante destacó de Triball es que constituye un nuevo tipo de actuación sobre la ciudad, planificado desde el principio como un proyecto de gentrificación por el capital privado con el apoyo de la administración municipal. Se trata de una nueva forma de gentrificación y que quizás alerta sobre lo que pueden ser ciertos procesos amparados en la regeneración urbana.
Fue destacable la atención prestada al papel de la administración, sea en las regulaciones de carácter estatal en forma de legislación de todo tipo, sea en la gestión urbanística. La percepción generalizada es que la administración municipal constituye un factor importante en los intentos de gentrificación de distintas zonas de la ciudad, y que la necesaria transformación de barrios y distritos sólo puede ser “reorientada” desde la implicación vecinal en la política urbana, tal como señaló Jon Aguirre de Paisaje Transversal, aspecto éste que al día de hoy parece una utopía.
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¿Gentrificación en Tetuán?
La segunda cuestión que planteaba la convocatoria era en qué medida estos procesos se están produciendo en la actualidad en los barrios de Tetuán (ya que en el debate se trataron las diferencias entre los mismos).
Una vecina comenta cómo se vive desde la Ventilla el proceso de gentrificación. Foto: María Lin Qiu
Una parte de los asistentes consideraba que estos barrios no están sufriendo en la actualidad esos procesos, sino al contrario, más bien sufren de un cierto abandono por parte de la intervención municipal. Sin embargo, llaman la atención otras intervenciones sobre proyectos de la administración municipal que van en esta dirección, tales como el Paseo de la Dirección o las Cocheras de Metro en Plaza de Castilla.
Al hilo del tema de debate, se terminó hablando de numerosos aspectos y temas, tanto referidos a Tetuán como de carácter más general. Una de las cuestiones que salió a la luz fue la de en qué marco socioeconómico nos encontrábamos y de qué forma este marco (el de la crisis que empezó en 2008) afectaba a los procesos de gentrificación.
Uno de los asistentes se refirió en este sentido a la “desaparición” de la clase media como efecto de la crisis, aspecto que es objeto actualmente de debate en muchos países. Ahora bien, la clase media es en casi todos los caso el motor socioeconómico de la gentrificación. Si esta pierde fuerza… ¿Cómo se va a producir el proceso?